lunes, 1 de junio de 2009

Azaghâl - El enano guerrero

Mi nombre es Azaghâl, soy un enano proveniente de la poderosa colonia de las minas de Mirco, al sudeste del reino de Doroma, en el cordón montañoso conocido como Escudo de mirco
Pertenezco a una de las familias más respetadas del lugar, mi abuelo, llamado Quendil, fue un gran héroe de la colonia y del mundo, miembro de la Orden del Martillo, un grupo de enanos defensores, paladines de la justicia y protectores del pueblo, al servicio del poderoso y compasivo Moradín.

Quiero seguir los pasos de mi abuelo, a pesar de la negativa de mis padres, por miedo a perderme. Aún con su desaprobación, me fui en busca de aventuras tratando de llegar a ser como mi grandioso ancestro.

Llegando a la ciudad llamada Torum me pongo en contacto con un anciano que quería una escolta hasta Tifo, por lo cual me contrata a mí y a Sacro, un elfo explorador. En el viaje sufrimos algunos percances, luego de los cuales llegamos a nuestro destino, donde conocimos a Mithos, un mago que sabía algunas cosas de mi abuelo. Allí también conocimos a Meinster, un aprendiz de mago que se sumó a nuestro grupo.

Mithos nos pidió que ganáramos experiencia a fin de poder ingresar a una torre que él vigilaba y erradicar el mal que en ella habita, y para ello me estoy entrenando y así glorificar más el nombre de mi familia.

En el proceso de crecimiento y desarrollo, como en todos los aspectos de la vida, hay momentos difíciles; la pérdida de mi gran amigo y compañero Sacro; la muerte de Qatar un ladrón que conocimos luego del deceso de mi amigo; el abandono que sufrimos por parte de Meinster. Aunque también he tenido momentos muy gratos como cuando conocí a Courage, un humano bardo que es un amigo de grandes recursos y mucha astucia, compañero incondicional. Gilf, un humano clérigo de Heironeous, el sanador del grupo, que aporta equilibrio y equidad. Y Teonas, hermano de mi amigo Sacro, que a pesar de no ser de mi completo agrado en un principio, ha logrado ganarse mi afecto, mi respeto, mi confianza y por sobre todo, un hermano de armas.

Me considero un guerrero habilidoso, desconfiado con los extraños, un enano de palabra, un compañero fiel a su grupo, capaz de sacrificarme por cualquiera de mis amigos sin dudarlo y que pone todo a su servicio, una persona que dice lo que piensa le pese a quien le pese, con un objetivo personal: volver a llevar el nombre de mi familia a la gloria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ea! EA! VIVA EL ENANO!!!